Este año cumplí 25 años de casado. Me siento muy feliz y afortunado de haber compartido la mitad de mi vida con mi esposa. No solo es la madre de mis 3 maravillosos hijos, sino que es mi compañera de vida. Compartimos ilusiones y decepciones, siempre juntos. Su presencia me ha hecho una mejor persona al aprender de ella y también al verme reflejado en ella.
Entre otras muchas cualidades, mi esposa es “sabia de la vida”. Su sabiduría no viene la suma de conocimientos adquiridos, sino que la descubre en ella misma, como si le brotase de la experiencia propia. No es que no lea, porque lo hace y mucho, pero su acción, reflexión y conexión están más allá de enterarse de ideas.
Esta sabiduría me enriquece y complementa. Cuando mi inteligencia busca datos y lógica, mi esposa me dice que cada uno tiene su verdad. Cuando digo que hay que esforzarse para lograr un objetivo, mi esposa dice que cada cosa llega en su momento. Cuando ocurre algo que me parece producto del azar, mi esposa le encuentra un significado profundo. Mi perfil de Whatsapp refiere a mi substack y el de mi esposa dice “✨Confío en la vida✨”. Me encanta planificar y a ella “lo que surja”. Pienso en los riesgos y ella en las posibilidades. Yo busco verdad universal y justicia. Ella busca armonía y conexión.
Siempre recuerdo una anécdota que refleja la sabiduría de mi esposa. Un día me llamó porque había chocado en una esquina cerca a la casa. Fui a ayudarla. Por suerte solo había daños menores en los autos impactados. Mi esposa venía manejando por una vía preferencial y una señora mayor se había metido sin respetar la señal de pare. La señora argumentaba que paró, miró hacia ambos lados y cruzó. Como no había visto a mi esposa y “no sabía de dónde había salido”, concluía que no estaba en falta y que no era su responsabilidad el choque.
Yo estaba furioso. No entendía como esta señora podía ser tan sinvergüenza. Pero mi esposa vio a una señora mayor y asustada. Pura empatía. Mientras yo coordinaba con el motorizado del seguro, mi esposa consoló a la señora, establecieron un vínculo y se despidieron con un afectuoso abrazo.
Finalmente, nosotros pagamos los arreglos de nuestro auto, yo indignado, y mi esposa sintiendo amor, conexión y empatía.
¿Qué opinan Uds? ¿Es más sabio el que cree que “tiene razón” o el que va por la vida sintiéndose bien?
Me declaro desde este momento, fan de tu esposa, y creo seguir un poco por su camino. Felicitaciones por sus 25 años de andar juntos, confiando el uno al otro, no es fácil, pero considero que ambos se complementan perfectamente.
Lo mas inteligente es seguir confiando en la sabiduría de tu esposa, se complementan muy bien.
Felicidades y un abrazo para los dos!!